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Papel con solera

 'PAPEL CON SOLERA' 

La polémica novela de Vicente Blasco Ibáñez, "La bodega" (1905), puede contemplarse en una de las vitrinas, se inicia de esta manera: 'Apresuradamente, como en los tiempos que llegaba tarde a la escuela, entró Fermín Montenegro en el escritorio de la casa Dupont, la primera bodega de Jerez, conocida en toda España; «Dupont Hermanos», dueños del famoso vino de Marchamalo, y fabricantes del cognac cuyos méritos se pregonan en la cuarta plana de los periódicos, en los rótulos multicolores de las estaciones de ferrocarril, en los muros de las casas viejas destinados a anuncios y hasta en el fondo de las garrafas de agua de los cafés'.

En estas primeras líneas el escritor valenciano, que ocultó el apellido Domecq con el ficticio de Dupont, y el del pago de Macharnudo con el de Macharmalo, nos da las claves sobre las variadas formas publicitarias que generaban las bodegas del Marco de Jerez a principios del siglo XX.

'Papel con solera' nos va a permitir descubrir aspectos poco conocidos de nuestro pasado más reciente, pero, eso sí, desde una parcela que ha sido desdeñada por los historiadores locales.

Las etiquetas de las botellas de vino, desde el punto de vista documental e historiográfico, forman parte de lo que en archivística y biblioteconomía se denomina ephemera, un término que, como explica Rosario Ramos Pérez, responsable de la colección Ephemera de la Biblioteca Nacional de España, define “lo que dura solo un día”.

Esta forma de arte, 'arte de lo efímero' oculta mucha información de interés que hay que saber buscar, cómo es el de las empresas gráficas donde se imprimían, los artistas y creativos que trabajaron en sus diseños, los personajes que aparecen retratados, la arquitectura bodeguera, el paisaje de las viñas, las labores en torno al vino, la representación de la mujer, el folklore o la Fiesta Nacional, entre otras representaciones.

La relación de nombres que las crearon es amplía: Teodoro Miciano, que firmaba con una simple M., José Luis Torres, Martínez de León, Juan Lara, León Astruc, Federico Ribas, Garlos González Ragel, Leonetto CappielloFrancisco Hohenleiter,  Ricardo Marín, Manuel Valle, Juan Montes Pina, Rafael Virués de Segovia, estos tres últimos, fundadores del Proyecto Gráfico Mamelón, e incluso el mismo Dalí.

En el imaginario popular, reconocidos internacionalmente y, sin duda, fijados en nuestra memoria están: El hombre de la capa, 'el don', de Sandeman, el Tío Pepe, de González Byass, el toro negro, de Osborne, el españolito, de Sánchez Romate, o la Sherry Girl, de Williams&Humbert, ésta última tomada del famoso cuadro pintado por el artista victoriano William Powell Frith.

Según la Real Academia Española, la etiqueta es “una pieza de papel, cartón u otro material semejante, generalmente rectangular, que se coloca en un objeto o en una mercancía para identificación, valoración, clasificación, etc.”. En una botella de vino se pueden diferenciar dos, una localizada en la parte frontal, que es lo que se conoce como etiqueta, y otra generalmente situada en la parte trasera de la botella que es lo que se denomina contraetiqueta, ambas son importantes y necesarias. No fue hasta el último tercio de siglo XIX, con el desarrollo de la industria gráfica y el descubrimiento de nuevos procedimientos como la litografía, cuando el grafismo relacionado con las iniciativas mercantiles, como las derivadas del envase y el embalaje, comienzan un desarrollo que hasta ahora sigue imparable.

Además de ser un soporte de información, las etiquetas cumplen una amplia gama de funciones. El Diccionario de la Lengua Española, en su tercera acepción, indica que una etiqueta es un “marbete”, es decir, la cédula que suele adherirse a las mercancías y que lleva la marca de fábrica o alguna otra indicación. Por tanto, el marbete se usa como señal para identificación, valoración, clasificación, etc.

Es en 1886, cuando el Senado francés aprobó una legislación sobre publicidad que permitía utilizar la marca para distinguirlos. Con la competencia se desarrolló la publicidad, y con ella la marca como la conocemos hoy en día.

Las artes gráficas, con sus bellas cromolitografías, y la variada publicidad que tuvo lugar en los siglos XIX y XX, sin duda, nos ofrecen un paseo por la historia de nuestros vinos desde una perspectiva original. Las etiquetas nos cuentan historias, solo hay que saber 'mirarlas'. Estos pequeños trozos de papel impresos, insignificantes a primera vista, muestran la relación entre ambas disciplinas y la propia historia del sector vitivinícola del Marco de Jerez, su evolución económica, mercantil, financiera, empresarial, unidas a aspectos sociales, ideológicos y culturales.

José Luis Jiménez García