En el siglo XIX se consolidan ideas que provienen de la ilustración, como el individualismo, la tolerancia, el proceso de secularización, la separación de poderes, el gobierno de las leyes… y se tiende a una renovación del ordenamiento jurídico, configurando los trazos esenciales de este siglo en materia jurídica: la aplicación del sistema constitucional, la unificación de jurisdicciones y la aspiración a la uniformidad jurídica.

De este periodo destacamos la Novísima recopilación de las leyes de España, que reviste un particular interés puesto que es la última recopilación oficial de la legislación castellana.

Muy interesante también el tratado en tres tomos de Practica criminal de España publicado como complemento del Febrero reformado y anotado, de Marcos Gutiérrez. Es esta una de las muchas obras basadas en la Libreria de escribanos o instrucción juridica theorico-práctica de principiantes, de José Febrero, que fundamentó la formación jurídica del notario y tuvo un gran éxito editorial considerándose no sólo una obra necesaria para escribanos, sino utilísima para jueces, abogados, procuradores, agentes de negocios y en general para los prácticos de la jurisprudencia.