La Novela Negra en el cine
El mundo del cine se sintió inmediatamente atraído por esas novelas protagonizadas por antihéroes que intentan atrapar al criminal, entorpecidos en su búsqueda de la verdad por la impecable presencia de heroínas malvadas. Las historias de misterio y crimen pasan a la gran pantalla y se convierten en cine negro, género que comparte con la literatura el debate sobre su denominación: thriller, misterio, suspense, intriga, policíaco…
Fueron muchos los novelistas del género policiaco que también ejercieron como guionistas cinematográficos: Hammett, Chandler, William Riley Burnett…
El halcón maltés, dirigida por John Houston, en1941, está considerada la obra que marca el comienzo del cine negro. Basada en la novela homónima de Dashiel Hammett, el director optó por hacer una versión lo más fidedigna posible a la novela y quizás eso hizo que esta obra inaugurara, no sólo el cine negro, sino toda una serie de arquetipos que han pasado a la historia del cine, el más importante de ellos, la imagen más universal de detective privado: Humphrey Bogart, encarnando con su carismática arrogancia a Sam Spade.
La crisis de los grandes estudios en los años cincuenta, hizo que se abandonara este tipo de cine negro. En esos momentos se pusieron de moda películas europeas de arte y ensayo, llegando una nueva hornada de realizadores franceses que nos dejaron obras maestras del cine basadas en grandes novelas negras como Al final de la escapada (Jean-Luc Godard, 1960) o El silencio de un hombre (Jean-Pierre Melville, 1967).
Al igual que en la literatura, el género negro, se transforma, fusionándose con otros géneros como el misterio o la ciencia ficción, es lo que se conoce como postnoir o retronoir. En este nuevo camino también encontramos títulos inspirados en novelas, quizás la más significativa sea Blade Runner (Ridley Scott, 1982) basada en la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968), o Sin City, adaptación cinematográfica, de la novela gráfica de Frank Miller.
En la actualidad la empresa cinematográfica sigue inspirándose en las páginas de las novelas para producir obras que generan una gran expectativa en el público.
En el siglo XXI, la inspiración de las historias de detectives ha sido relevado por la fría Escandinavia. Autores como Stieg Larsson, Henning Mandell o Camilla Läckberg, inspiran obras policíacas que cuestionan el estado del bienestar y nos sumergen, en la inquietante realidad de las mafias organizadas, el fascismo y el racismo del nuevo siglo.
En España el boom de la novela negra, también ha llegado al cine, los productores de la trilogía de Stieg Larsson, han adquirido los derechos cinematográficos de la novela de Dolores Redondo, “El guardián invisible”.
En la pequeña pantalla, las plataformas digitales están repletas de series policiacas que consiguen un gran éxito y entre ellas también encontramos obras inspiradas en novelas como Los crímenes de Fjällbacka, adaptación de las novelas de Camilla Läckberg.
Ya sea en Estocolmo o en el valle de Navarra, conducidos por la intuición de Phillip Marlowe o los insuperables conocimientos informáticos de Lisbeth Salander, el suspense y la ambición por conocer la verdad, sigue despertando el interés de espectadores que seguramente acuden al cine, esperando revivir las sensaciones que en su día les despertó la novela negra.