Expedientes de limpieza de sangre
El carácter diferenciador y de honorabilidad que se deseaba dar a la profesión, en una sociedad donde las jerarquías sociales eran aún muy vivas, será un criterio selectivo. La propuesta virgiliana recoge, y los Estatutos aprobados por la Ensenada confirman, la obligación de presentar al Cirujano Mayor un certificado de limpieza de sangre por parte de los aspirantes que desearan ingresar en el Real Colegio. En él debería constar si se era «hijo de buenos Padres, limpios de mala raza, costumbres e inclinaciones», así como el oficio que aquéllos desempeñaban o desempeñaron.
Junto a la limpieza de sangre, los aspirantes deberían saber leer, escribir y contar, siendo preferidos aquéllos que tuvieran ya una cierta experiencia médica. Las Ordenanzas de 1791 incluían como requisito la titulación de bachiller en Filosofía para poder ingresar.
[Fuente: Los cirujanos del Real Colegio de Cádiz en la encrucijada de la Ilustración (1749-1796) / Manuel Bustos Rodríguez.- Cádiz: Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1983]